Editorial

La oportunidad de Chile ante la Unión Europea

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En materia de política económica internacional, el Gobierno inició su gestión como opositor al acuerdo del TPP11, en sintonía con la propuesta de la Convención Constitucional acerca de privilegiar los vínculos con América Latina por sobre los del Asia Pacífico, y con una clara desconfianza (incluso crítica) hacia la estrategia de inserción internacional de Chile vía apertura comercial iniciada en los 80 y profundizada desde los 90 en adelante.

Ninguno de esos lineamientos permanece hoy como parte la agenda de Cancillería, que finalmente se volcó a favor de la aprobación del TPP11, del realismo respecto de la situación económica y comercial en nuestra región, y de la continuación de una política de apertura comercial amplia y diversa con el resto del mundo.

China, la transición energética y la cuarta revolución industrial, han hecho que Europa y EEUU “redescubran” a nuestra región,

En lo grueso, la actual gira del Presidente Boric por varios países de la Unión Europea ratifica hasta ahora ese giro hacia el pragmatismo de las relaciones económicas internacionales de Chile. El Mandatario no sólo ha resaltado en su visita los muchos y sólidos nexos entre Chile y Europa -la modernización del Acuerdo de Asociación con la UE será una prueba adicional-, sino que incluso ha mencionado la trayectoria de Chile en los últimos 30 años como aval de confianza, compromiso con la globalización y respeto por las reglas del juego institucional.

La competencia geopolítica con China, y el potencial minero de América Latina en recursos para la transición energética y la cuarta revolución industrial, han hecho que Europa y EEUU “redescubran” a nuestra región, como han confirmado distintas visitas diplomáticas de alto nivel en meses recientes.

Chile -como la región- debe aprovechar esta circunstancia para reforzar sus vínculos tanto con Europa como EEUU, sin dejar de hacer lo mismo con China y el Asia Pacífico en general. La gira presidencial europea es una excelente oportunidad para ratificar el compromiso de Chile con esa mirada estratégica de una inserción internacional diversificada, que es tan funcional al interés de nuestro país como al de nuestros socios.

Como dijo a este diario la directora de Invest Chile: “Somos para Europa su destino privilegiado y el punto de entrada a Latinoamérica”. Sin duda una posición a la que una economía emergente -con complejos desafíos- debe sacarle partido.

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